
Pistas locas, palabras escondidas y risas sin parar. ¿De qué va Teto ?
¿Te apetece una tarde llena de risas, gestos imposibles y palabras extrañas? Eso es justo lo que pasa con Teto un party game de cartas de 2 Tomatoes que está conquistando a muchas familias y grupos de amigos que quieran partidas divertidas, rápidas y donde todos se lo pasen bien.
Pueden jugarlo desde peques con 8 años y grupos de 4 a 10 jugadores. Las partidas duran entre 20 y 30 minutos, suficiente para que la diversión no decaiga y cada turno esté cargado de emoción.
El objetivo de Teto es muy sencillo y adictivo.
Cada equipo debe intentar ser el primero en adivinar todas sus palabras usando solo las consonantes que indica la carta en cada turno (acompañadas con vocales y gestos), ¡sin que nadie haga trampas ni se salte las reglas!
Si tu grupo es el más rápido en sumar aciertos, os lleváis la victoria, aunque siempre hay ese último intento para buscar el empate antes de cerrar la partida.
La mecánica es sencilla y muy original.
En tu turno, solo puedes usar las consonantes que te marca la carta y puedes seguir usando las vocales que hay en la palabra a adivinar en su mismo orden para dar pistas.
Importante, no escatimes en gestos, sonidos y mímica, pero recuerda, sin poder usar ninguna otra consonante nada más que la permitida
Verás que crean un ambiente súper divertido y lleno de creatividad donde todo el mundo participa y se parte de risa.
La gente que ya ha probado Teto nos cuenta que es un juego perfecto para romper el hielo en campamentos, cumpleaños y reuniones con amigos o en familia con abuel@s, tí@s..... Les encanta cómo pone a todos en acción, desde peques hasta adultos, sin complicaciones pero con mucha chispa. “Mis hijos no paran de pedirme que juguemos otra partida,” o “funciona genial para grupos grandes, siempre anima la tarde y hace que todos colaboren aunque no se conozcan mucho.” También nos cuentan lo bien que se trabaja la atención y el autocontrol sin que los peques se den cuenta, porque es un juego donde hay que escuchar muy bien y no pasarse con las pistas.
La presión del reloj añade ese puntito divertido de tensión que nos nubla la menta, nos despierta las carcajadas y dificulta la concentración. El juego hace que los peques se esfuercen para usar bien las consonantes permitidas y buscar pistas creativas cuando el equipo se atasca. La cooperación es clave, y el último turno para empatar del equipo rival mantiene la partida abierta hasta el final.
En resumen, Teto es una apuesta segura para quienes buscan un juego con ritmo, interacción y algo diferente sin complicarse la vida. Además, fomenta la comunicación alternativa, la flexibilidad mental y el autocontrol, habilidades que los peques entrenan sin ni siquiera darse cuenta, mientras se ríen a mandíbula batiente.
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