Smash Burger: ¡Coge el pan! El juego de velocidad, memoria y agudeza visual donde la hamburguesa perfecta es el premio

Smash Burger: ¡Coge el pan! El juego de velocidad, memoria y agudeza visual donde la hamburguesa perfecta es el premio

Bienvenidos al Gran Torneo de Comida Rápida, o mejor dicho, ¡a la hora pico! En Smash Burger, vosotros no solo sois clientes, sois los orgullosos dueños de un restaurante con la misión de apilar los ingredientes perfectos. El reto es la velocidad, la memoria y la agudeza visual.

Cuando os sentéis a la mesa, veréis que cada jugador tiene un montón de cartas boca abajo y un plato (de papel) en el centro. El pan de hamburguesa (la pieza de madera) es el objeto que tenéis que robar cuando la pila de ingredientes esté lista.

El juego es un ir y venir frenético. Por turnos, sacaréis una carta y la iréis apilando en el plato central, asegurándoos de que solo la carta superior es visible. La pila crece con queso, tomate, carne y lechuga, de todo tipo y combinaciones. Os preguntaréis: ¿Cuándo debo actuar? Aquí está la clave: la pila se convierte en una hamburguesa lista para ser "robada" cuando se cumplen ciertas condiciones.

La condición más habitual es la Hamburguesa Clásica: cuando en la pila de ingredientes visible se apilan al menos dos veces cada uno de los cuatro ingredientes básicos. En ese momento, si sois los primeros en daros cuenta, tendréis que ser rápidos como un rayo para coger el pan de hamburguesa de madera, ponerlo sobre la pila de cartas y gritar "¡Clásica!" o "¡Especial!".

La emoción se dispara cuando alguien coge el pan, porque entran en juego las dudas y el riesgo real. Si alguien desconfía del "cocinero", se abre el reto y las consecuencias son serias.

Si la hamburguesa estaba bien hecha, el retador paga caro su error: el cocinero se lleva el bote de cartas del plato y, además, el retador debe entregarle dos cartas de su propio mazo como penalización. Pero si el cocinero se precipitó y la hamburguesa estaba mal, es el retador quien se lleva el bote y le roba dos cartas al cocinero. En Smash Burger, equivocarse o dudar sin motivo te cuesta tus propias cartas.

¿Y qué se aprende con un juego así? Es un gran ejercicio para el cerebro. Se trabaja mucho la Atención Sostenida y la Agudeza Visual porque tenéis que escanear constantemente la pila de ingredientes. La Memoria de Trabajo es crucial, ya que debéis recordar la cantidad mínima de cada ingrediente (¿llevábamos ya dos tomates?) mientras la pila crece y tapa los anteriores. Además, la necesidad de reaccionar bajo la presión de perder cartas potencia la Velocidad de Procesamiento y el control de la impulsividad.

El juego continúa, con el plato central girando 90 grados en cada ronda, hasta que el montón de cartas se agota. La persona que más cartas haya acumulado en su montón será la ganadora del Gran Torneo.

Para los jugadores que ya dominan el menú, la variante Chef's Pro añade las Cartas Especiales. Estas cartas (Kétchup Picante, Mostaza, Espátula de Oro...) añaden reglas de duplicación o anulación de ingredientes. Ahora, además de la agudeza visual, veréis que tenéis que calcular y recordar qué efectos están activos. Es un nivel avanzado que convierte la búsqueda de patrones en un puzle de Memoria a Corto Plazo y cálculo mental rápido.

Este juego es genial para familias que buscan un filler de acción que ponga a prueba la mente, ideal para jugar con niños a partir de 8 años y con capacidad de 2 a 5 personas. ¡A preparar esas hamburguesas sin perder ingredientes por el camino!

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