Colour Festival: Cuando fastidiar a papá (con cariño) enseña más matemáticas que los deberes

Colour Festival: Cuando fastidiar a papá (con cariño) enseña más matemáticas que los deberes

¿Sabes esa cara de concentración absoluta que pone tu peque cuando está tramando algo? No esa de cuando está estudiando, no. Me refiero a esa mirada de "voy a hacer una trastada y todavía no lo sabes", pero tú sabes que algo va a pasar. :)

Pues esa es exactamente la cara que se le queda jugando a Colour Festival.

A primera vista, este juego entra por los ojos. Temática súper original, cartas negras, colores neón súper llamativos, ambiente de música y festivales... Parece que vamos a pasar un rato tranquilitos gestionando conciertos.

Y sí, gestionas conciertos, pero de tranquilo no tiene nada.

Después de jugarlo, creemos que tiene el equilibrio perfecto entre picarse, reírse y pensar.

¿Qué vais a vivir en la mesa?

Imaginaos la escena. Estáis todos intentando que vuestros escenarios secretos (el rojo, el azul, los que sean) se llenen de fans para ganar puntos, mientras intentáis que vuestro escenario Loser (luego os contamos) tenga menos gente que un parque acuático en Navidad. Todo va bien. Tienes tu estrategia montada. Y de repente... ¡ZAS!

Tu peque te lanza una carta de Seguridad y echa a todo tu público. O te manda un Food Truck para robarte a la gente y llevársela a su escenario.

Se oyen gritos (de los buenos), alguna risa de "sé que te he fastidiado" (aunque no sepas qué escenarios juega el otro) y frases tipo "¡Mamá, eso no se hace!" o "¡Venganza!".

Y justo cuando la cosa está más tensa... sale la carta de PRENSA. Y todo se congela. Se acaba el turno. A contar puntos. Esa tensión constante hace que nadie mire el móvil. Están al 100% en la partida 👏🏻👏🏻👏🏻

Y mientras jugáis... ¿qué pasa por la cabeza?

Ya lo sabes, esta es una de las partes que más nos gusta en Mi Juego Bonito a Beatriz y a mí. Mientras ellos están ocupados intentando ser el mejor manager del festival (y fastidiando un poco al de al lado), sus cerebros están echando humo.

Porque Colour Festival es, en secreto, una clase de matemáticas y gestión emocional camuflada en la figura de un manager de conciertos. Mientras jugamos trabajamos:

Matemáticas reales (sumas y restas constantes): No es solo sumar. En este juego tienes una carta secreta que te dice qué escenarios te suman puntos... y cuál te los resta. Tienen que calcular constantemente el balance: "Si pongo esto aquí gano 5, pero le doy 3 puntos a mi escenario 'loser', así que en realidad solo gano 2...". Están trabajando y automatizando el cálculo sin darse cuenta.

Gestión de la frustración (Nivel Experto): Que te limpien el escenario de tus fans justo antes de puntuar duele. Mucho. Pero es un entorno seguro para aprender que, a veces, los planes salen mal por factores externos. Aprenden a encajar el golpe, reírse de su mala suerte y remontar en la siguiente ronda.

Control del impulso: Las cartas de Prensa son impredecibles. Pueden salir en cualquier momento. Eso les obliga a medir el riesgo: "¿Juego una carta más y me arriesgo? ¿O me planto ya?". Esa toma de decisiones bajo presión pone a trabajar sus funciones ejecutivas.

¿Para quién es este juego?

Si en casa os gustan los juegos rápidos (20 minutos), donde hay interacción (no vale jugar cada uno a su bola) y donde la victoria puede cambiar en el último segundo, Colour Festival os va a encantar.

Os va a venir genial para esas tardes donde hay poco tiempo pero muchas ganas de desconectar de pantallas y conectar entre vosotros. Eso sí, preparaos para el "pique".

Luego no digáis que no os avisé. 😉 ¿Os animáis a montar un festival en el salón?



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